La cintilla iliotibial es una
membrana fibrosa que se localiza en la cara lateral del muslo. Se forma por
expansiones fasciales del músculo glúteo mayor y del tensor de la fascia lata y
nace en la cresta ilíaca de la pelvis, desciende por toda la cara lateral del
fémur, pasa por la parte inferior y externa del fémur llamado epicóndilo
lateral y se inserta en la tibia, en una zona denominada tubérculo de Gerdy.
El síndrome de la cintilla iliotibial afecta sobre todo a
deportistas que hagan de manera repetida movimientos de flexo- extensión de
rodilla como ciclistas o atletas de fondo. Este trastorno se produce debido al
exceso de fricción entre la banda iliotibial y el saliente del fémur (epicóndilo
externo) debido a la flexo-extensión repetitiva de rodilla.
El síndrome de la cintilla iliotibial se caracteriza por dolor
difuso en la cara externa de la rodilla. En ocasiones, este dolor puede
localizarse en la cadera a la altura del trocánter mayor del fémur. Este dolor
inicialmente comienza durante la carrera o al final de esta y puede evolucionar
de manera que aparezca de manera más temprana durante la carrera llegando a
presentarse incluso en reposo. También puede presentarse al subir y bajar
escaleras y es mayor al correr cuesta abajo.
Existen una serie de factores de riesgo que predisponen a
padecer este síndrome: dismetrías o asimetrías de miembros inferiores, uso de
calzado inadecuado, excesiva pronación del calcáneo o talón, epicóndilo femoral
lateral muy prominente, exceso de tensión del tensor de la fascia lata (aumenta
la tensión de la cintilla), alteraciones en la estática de las rodillas y el
entrenamiento inadecuado o de largas distancias, entre otros.
Como tratamiento se puede aplicar hielo o cualquier medida
antiinflamatoria, realizar estiramientos y reposo de la actividad deportiva. Es
necesario realizar un buen diagnóstico diferencial con otras entidades que
cursan con dolor en la misma zona (hiperpresión rotuliana externa, lesión del
menisco externo, artrosis del compartimento externo de la rodilla, tendinopatía
del bíceps femoral), por lo que en cualquier caso, la mejor opción es acudir a
un fisioterapeuta para que nos explore de manera correcta y nos dé las mejores
pautas de tratamiento.